En dentalgil sabemos que una bonita sonrisa es símbolo de felicidad, pero también de salud. Tener unos dientes sanos, blancos y brillantes es algo que muchas veces nos parece inalcanzable. La higiene es una de las principales formas de preservar nuestra salud. Dentro de la higiene diaria no debemos olvidar el cuidado de nuestra boca durante todas las etapas de la vida, ya que la falta de ésta podría acarrear múltiples enfermedades.
Para conseguir una buena salud bucodental queremos darle una serie de consejos para cuidar su dentadura:
- Debe acudir al dentista al menos una vez al año, y desde edades muy tempranas, ya que la caries puede manifestarse a partir de que salga la primera pieza dental.
- Se debe mantener una buena higiene dental: cepíllate los dientes tres veces al día, después de cada comida. Imprescindible: antes de acostarte y tras levantarte por la mañana.
- Es recomendable utilizar una pasta dentífrica con flúor para prevenir la aparición de caries. En los niños pequeños, dentífricos específicos.
- El cepillado correcto consiste en realizar movimientos cortos, suaves y elípticos, sin olvidar la línea de las encías, los dientes posteriores (de difícil acceso) y las zonas que rodean las coronas de los dientes y empastes.
- Los profesionales de la salud dental recomiendan renovar el cepillo dental cada tres meses para evitar las enfermedades periodontales.
- Es recomendable no olvidarse del uso del hilo dental de forma diaria. El mejor momento para usarlo es por la noche, ya que la ausencia de salivación mientras se duerme favorece la formación de placa bacteriana.
- Los colutorios o enjuagues bucales constituyen una ayuda importante a la hora de mantener sana tu boca y evitar patologías e infecciones.
- Una dieta sana, variada y equilibrada también contribuye a reforzar el sistema inmune para que pueda defenderse ante cualquier infección en la cavidad bucal.
- Si comes fuera de casa y no puedes lavar tus dientes, recurre a los chicles sin azúcar o a las láminas de higiene bucal.
- No es recomendable abusar de los blanqueadores, aunque resultan eficaces para dar luminosidad a las piezas dentales, cuando se utilizan de forma excesiva y continuada pueden llegar a dañar el esmalte.