Además de mejorar la salud, la ortodoncia aporta beneficios estéticos a nuestro rostro. Aunque muchas personas no sean conscientes de ello, es posible que sea necesaria para corregir una mordida incorrecta y prevenir así posibles problemas futuros.
Al iniciar un tratamiento de ortodoncia, la mayoría de pacientes se preguntan qué pueden y qué no pueden comer con brackets, por lo que es importante seguir algunas recomendaciones sobre el tipo de alimentos que consumir y evitar ciertas comidas de forma temporal.
Cuando comenzamos un tratamiento con ortodoncia, durante las primeras semanas podemos sufrir algunas molestias asociadas a la presión que los brackets ejercen en nuestros dientes para tratar de moverlos. Durante este periodo de tiempo, debemos tratar de llevar una dieta más blanda de lo habitual y evitar una masticación incómoda.
Alimentos como sopas, purés, pescados suaves y carnes tiernas son ideales en la primera etapa del tratamiento con brackets, ya que su ingesta no exige realizar un exceso de fuerza con la musculatura mandibular y el trabajo llevado a cabo por la dentadura será mínimo.
Los principales alimentos que debemos evitar con ortodoncia son las carnes fibrosas, como la ternera, que son propensas a quedarse entre los dientes y las muelas, los productos picantes o ácidos, que pueden favorecer la aparición de llagas con el roce de los brackets, los alimentos pegajosos que se adhieren fuertemente, como los dulces, las golosinas y los chicles, y los alimentos rígidos, como la manzana o el pan duro, que conllevan una masticación intensa.
Aparte de estas modificaciones en la dieta habitual, seguir los consejos para una buena higiene bucal durante el tratamiento con ortodoncia es fundamental. No debemos olvidar cepillar los dientes, utilizar productos adecuados para la limpieza interdental y realizar enjuagues bucales diariamente para disfrutar de una sonrisa sana.